La Iglesia que buscó la concordia

En las primeras décadas del siglo XX, parecía España el país más católico del mundo. Bastaba observar el esplendor de las grandes manifestaciones y procesiones tradicionales, la constante participación de los representantes del Estado oficialmente católico en actos de culto, como congresos eucarísticos, consagraciones solemnes de pueblos y ciudades y hasta de España entera, inauguraciones y clausuras solemnes de muy vario signo. Pero debajo de aquella aparente magnificencia, España, más que tierra segura y firme de fe católica, era tierra de reconquista y restauración social...


























































