Los Hermanos Grimm, Jakob Ludwig Karl Grimm (nacido el 4 de enero de 1785) y Wilhelm Carl Grimm (nacido el 24 de febrero de 1786), fueron dos destacados folkloristas y lingüistas alemanes, conocidos principalmente por su colección de cuentos de hadas que han perdurado a lo largo del tiempo y han influido en la literatura mundial.
Nacidos en Hanau, una ciudad en el estado de Hesse, Alemania, los hermanos Grimm eran los mayores de seis hijos en una familia de una familia de clase media. Su infancia estuvo marcada por la muerte prematura de su padre, lo que llevó a la familia a una situación económica difícil. Sin embargo, a pesar de las dificultades, ambos hermanos mostraron un gran interés por la literatura y el aprendizaje desde una edad temprana.
Después de completar sus estudios en la Universidad de Marburg, donde se dedicaron a la filología, los hermanos Grimm comenzaron a trabajar en distintas publicaciones y proyectos académicos. La pasión por la cultura popular y las tradiciones orales los llevó a recopilar cuentos de hadas y leyendas de diversas regiones de Alemania. En 1812, publicaron el primer volumen de su famosa colección, titulado “Cuentos de la infancia y del hogar” (en alemán, “Kinder- und Hausmärchen”), una obra que incluiría más de 200 relatos, incluyendo clásicos como “Cenicienta”, “Blancanieves” y “Hansel y Gretel”.
La intención de los hermanos Grimm al compilar estos cuentos no solo era registrar las historias populares, sino también preservar la cultura y las tradiciones alemanas en un momento en que la modernización y la industrialización amenazaban con hacer desaparecer estas narrativas. Sus relatos, aunque a menudo oscuros y morales, fueron reeditados y adaptados para atraer a un público más amplio, lo que eventualmente los llevó a ser considerados cuentos para niños.
Además de su labor como recopiladores de cuentos, los hermanos Grimm realizaron importantes contribuciones a la lingüística. Jakob, en particular, se especializó en el estudio de las lenguas germánicas y las raíces de las lenguas indoeuropeas. Su trabajo en la ley de Grimm, que explica cómo los sonidos en las lenguas germánicas se transforman a lo largo del tiempo, se considera fundamental en el estudio de la filología y la lingüística histórica.
A lo largo de sus vidas, los hermanos vivieron en varias ciudades de Alemania, incluyendo Kassel, donde continuaron su trabajo literario y académico. Aparte de los Cuentos de la infancia y del hogar, también publicaron otras obras, como diccionarios y estudios sobre la gramática alemana. Su influencia se extendió no solo a la literatura infantil, sino también en el ámbito educativo, donde sus ideas sobre la enseñanza de la lengua y la literatura ayudaron a dar forma a los métodos pedagógicos de su tiempo.
A pesar de su éxito, la vida personal de los hermanos fue un reflejo de los tumultuosos tiempos que vivieron. Ambos se enfrentaron a problemas económicos y políticos a lo largo de sus vidas, especialmente durante las guerras napoleónicas. Sin embargo, su dedicación a la preservación de la cultura alemana nunca flaqueó. Wilhelm nunca se casó, mientras que Jakob tuvo una familia, pero la muerte de su esposa y su lucha con la salud mental también marcaron su vida.
La muerte de los hermanos Grimm no fue el final de su legado. Su influencia perdura en el mundo contemporáneo, no solo a través de sus cuentos, que han sido llevados al cine, la televisión y otras formas de arte, sino también a través de su trabajo en la lingüística. En la actualidad, los Hermanos Grimm son considerados pioneros en el campo del estudio del folclore y la literatura infantil.
Su obra ha sido traducida a muchas lenguas y continúa inspirando a escritores, cineastas y artistas de todo el mundo. En su natal Alemania, su legado es celebrado cada año con festivales y eventos que promueven la literatura y el folclore. Los hermanos Grimm son, sin duda, un símbolo perdurable de la rica tradición cultural de Alemania y de la importancia de las historias en la vida de las personas.