Reglas en el autobús escolar (Rules on the School Bus)

Garlic feels as though she's always doing something wrong. At least with her friend Carrot by her side and the kind Witch Agnes encouraging her, Garlic is happy to just tend her garden, where it's nice and safe.But when her village of vegetable folk learns that a bloodthirsty vampire has moved into the nearby castle, they all agree that, in spite of her fear and self-doubt, Garlic is the obvious choice to confront him. And with everyone counting on her, Garlic reluctantly agrees to face the mysterious vampire, hoping she has what it takes.After all, garlic drives away vampires... right?

El reino de Avantia se ve amenazado por las seis Fieras mágicas que antes lo protegían. Para salvar al reino y a su gente, Tom deberá enfrentarse a Sepron, la Serpiente marina, la Fiera que habita en lo más profundo del océano... Pero sólo un auténtico Buscafieras puede ganar la batalla.

Se llama Deadpool, aunque tal vez lo conozcas como el Mercenario Bocón, y es que habla sin parar hasta que quien lo escucha cae desmayado. Tal vez ese sea su mayor superpoder, más que su capacidad de autocuración, su puntería perfecta o su carencia de escrúpulos. Es posible que el traje rojo y los grandes ojos negros te recuerden a Spider-Man, pero es más parecido a un villano. En cualquier caso, se trata de uno uno de los personajes de Marvel más graciosos, queridos y descarados. Su historia, enigmática y complicada, comenzó hace solo treinta años como «estrella invitada» en Los...

Acompañadas de alegres y divertidas ilustraciones, Stephanie Blake nos trae las aventuras de Simón, un pequeño conejo blanco que transmite toda la vitalidad de la infancia: es adorable, tiene mucha energía, le encanta hacer travesuras ¡y es muy muy divertido! «¡Caca de vaca! ¡Caca de vaca!», grita Simón cada vez que su papá o su mamá le piden hacer algo. De la mañana a la noche y de la noche a la mañana, ¡no hay manera de que el conejito diga otra palabra! Hasta que un buen día aparece el lobo y al pequeño Simón no se le ocurre otra cosa que decirle: «¡Caca de vaca!»...