Roberto Juarroz nació el 26 de noviembre de 1925 en la ciudad de Coronel Pringles, en la provincia de Buenos Aires, Argentina. Es considerado uno de los poetas más importantes de la literatura argentina del siglo XX y es especialmente conocido por su obra Poemas Verticales, una serie de poemas que exploran la condición humana y la búsqueda de la trascendencia. Su estilo distintivo, marcado por una profunda reflexión filosófica y existencial, ha dejado una huella perdurable en la poesía contemporánea.
Desde joven, Juarroz mostró un interés temprano por la literatura. Se trasladó a Buenos Aires para estudiar y fue en esta ciudad donde comenzó a involucrarse en círculos literarios. Aunque su formación fue en el campo de las ciencias sociales, su pasión por la poesía y la escritura nunca disminuyó. A lo largo de su vida, Juarroz también trabajó como profesor de filosofía y literatura, lo que le permitió compartir su amor por las letras con nuevas generaciones.
A lo largo de su carrera, Juarroz publicó numerosos libros de poesía, pero fue Poemas Verticales (1958) lo que realmente lo estableció como una voz única en la poesía. Esta obra se caracteriza por su estructura innovadora y su capacidad para abordar temas complejos, como el tiempo, el espacio y la existencia. La idea del poema vertical, que sugiere una búsqueda de lo absoluto, lo distingue en el panorama literario. Juarroz describe su propio trabajo como un "poema vertical" en el que cada texto se sostiene por sí mismo, pero también responde a los demás de manera que se crea una red de significados.
Además de sus Poemas Verticales, Juarroz escribió otras obras que complementan su visión poética, tales como El río de las conchas (1965) y La poesía y su sombra (1980). En muchos de sus poemas, se percibe una influencia del misticismo y la filosofía oriental, así como un diálogo constante con la tradición literaria occidental. Su búsqueda de la esencia de la poesía lo llevó a explorar diferentes formas y estilos, siempre buscando despojar el lenguaje de lo superfluo y acercarlo a una verdad más fundamental.
La obra de Juarroz no solo se limita a la poesía; también se puede encontrar en su labor como ensayista y crítico. Participó activamente en revistas literarias y culturales, donde expuso su visión sobre la creación artística y la literatura. Su enfoque analítico lo llevó a desarrollar un discurso crítico que subrayaba la importancia de la poesía como un medio de comprensión del mundo y de la experiencia humana.
Otro aspecto significativo de su vida fue su compromiso con la enseñanza. Durante décadas, Juarroz fue profesor y director de talleres literarios. En este rol, contribuyó a la formación de una nueva generación de poetas y escritores, transmitiendo su amor por la literatura y su pensamiento crítico. Su influencia se extendió más allá de sus propias palabras, convirtiéndose en mentor para muchos que buscaban dar sus primeros pasos en el mundo literario.
Roberto Juarroz recibió varios premios a lo largo de su carrera, tanto en Argentina como en el extranjero, que reconocieron su contribución a la poesía y la literatura. No obstante, su mayor legado radica en su obra poética, que sigue siendo estudiada y admirada por amantes de la literatura en todo el mundo.
Falleció el 29 de julio de 1995, pero su legado perdura a través de sus palabras. La poesía de Roberto Juarroz continúa resonando en la comunidad literaria, y su enfoque innovador y su visión profunda del ser humano aseguran un lugar especial en la historia de la literatura argentina y universal.