Memorias de prójimo

Para Erin Lavelle, la aparición de Peter Ramsey en su vida fue como un cuento de hadas y el guapo millonario australiano era su príncipe... Pero después de dos días increíbles, sus sueños se desvanecieron como el humo cuando él la dejó. Peter había creído que Erin era diferente... sencilla y sincera. Entonces descubrió que ocultaba un secreto que la equiparaba a todas las cazafortunas a las que había conocido. Pero cuando supo que Erin estaba embarazada, decidió proteger a su futuro hijo del único modo que conocía... el matrimonio.

El multimillonario griego Luke Devetzi estaba dispuesto a cualquier cosa con tal de compartir otra noche de pasión con Jemma Barnes…Fue entonces cuando descubrió que el padre de Jemma tenía graves problemas económicos y necesitaba ayuda urgentemente. Luke estaba dispuesto a ayudar… pero sólo si Jemma accedía a convertirse en su esposa.

Algún día el ser humano se despertará de su letargo, su mente se liberará de la prisión en la que vive encarcelado y descubrirá que está solo, sin plantas a su alrededor, sin animales que lo acompañen, sin ningún ser vivo que lo acune en sus delirios de grandeza, sin nadie con quien jugar a ser Dios; entonces, llorará impotente y desconsolado, desaparecerá junto a sus sueños. La locura de Aged, un falso Dios, en su lucha por exterminar la vida con la que su hermana siembra cada rincón del cosmos, hará que su máxima creación, el hombre-mujer, conduzca a todo un planeta a su...

Margherita siempre ha soñado con un gran amor, hasta que la dejan de la peor de las maneras. Humillada por la horrible experiencia, no quiere volver a saber nada de relaciones y sus amigas la incitan a lanzarse a una aventura por pura diversión. El elegido para ser seducido es Liam, un compañero de trabajo irlandés con una melena de fuego que desde hace tiempo ocupa sus sueños. Megs intenta convertirse en una mujer desinhibida para tener una aventura de una noche, pero no contaba con los sentimientos de Liam ni con los de su mejor amigo. Tazio Federico Piccini, un nombre impresentable...