Los discípulos de Baco

EL 16 de febrero de 1963 nacio Jose Alfredo Parra F. En Elorza, Estado Apure, Venezuela. Le toco vivir aquellos tiempos cuando la musica sabanera, improvisada y muy creativa; cuyos referentes eran faenas y eventos vinculados a costumbres y habitos campesinos, estaban evolucionando, porque las familias emigraban a los pueblos y esto afecto la evolucion de la musica llanera. Especialmente, porque aparecieron las empresas disqueras y las rockolas, y los cantantes aprendieron canciones oyendo los discos de acetato y se mantenian los bailes sabaneros y tambien los bailes en los pueblos que tenian...

¡Más que una novela! ... La Trilogía del Amor es un amplio ensayo narrativo en tres libros explorando la verdadera naturaleza humana. El romance es el medio y la excusa para introducirnos y guiarnos en una fantástica aventura personal. Allí conoceremos acerca de nuestra inexplorada identidad divina con sus adormecidas pero sorprendentes facultades creadoras y sanadoras, junto a la elevada energía del amor, abriéndonos a prodigiosas nuevas percepciones. Esta es una placentera y enaltecedora obra reflejando la lenta pero ineludible metamorfosis en la humanidad actual.

Alex estaba buscando un trabajo, pero lo que él encuentra es mucho más. Cuando el temperamento del Sr. Dacey se enciende debido a que Alex rompe las reglas, Alex comienza a cuestionarse si ser el sirviente de un multimillonario dominante es el trabajo correcto para él. Con su mente puesta en ser despedido, Alex se esfuerza para provocar a su jefe. Pero cuando su plan falla, el trasero de Alex realmente está en juego.

Un padre para sus trillizos Missy Johnson, madre soltera, trabajaba mucho para ofrecerles a sus trillizos una infancia feliz y sin escaseces. Había conseguido montar un negocio de tartas a domicilio, aunque los inicios no estaban siendo muy fáciles. Todo cambió cuando el imponente Wyatt McKenzie regresó al pueblo, despertando en ella recuerdos que habría preferido dejar en el olvido. Pero, cuando vio lo bien que encajaba con sus hijos, ¡Missy se dio cuenta de que cinco podía ser el número perfecto!