Las manos blancas no ofenden
Sinopsis del Libro
Las manos blancas no ofenden. Pedro Calderón de la Barca Fragmento de la obra Jornada primera (Salen Lisarda y Nise con mantos, y Patacón, vestido de camino.) Lisarda: ¿Cuándo parte tu señor? Patacón: Dentro de un hora se irá. Lisarda: ¿No sabré yo dónde va? Patacón: Aunque arriesgara el temor de su enojo, lo dijera, a saberlo, te prometo, o por no guardar secreto o por temer de manera tu condición siempre altiva que estoy temiendo, y no en vano, cuando aquesta blanca mano, por blanca que es, me derriba dos o tres muelas siquiera, como si tuviera yo culpa en que se vaya o no. Lisarda: ¿Tras el ausencia primera, de que aun hoy quejosa vivo, segunda ausencia previene? Patacón: ¿Qué le hemos de hacer, si tiene espíritu ambulativo? El no puede estar parado. Nise: Para reloj era bueno. Patacón: Y aunque más se lo condeno, es a ver tan inclinado que, solamente por ver, de una en otra tierra pasa, siempre fuera de su casa. Nise: Malo era para mujer. Patacón: Pues nada a ti te pregunto, calla, Nise; que es en vano querer de mi canto llano echarle tú el contrapunto. Nise: Pues yo ¿qué digo? Lisarda: Dejad los dos tan necia porfía, como veros cada día opuestos; que es necedad insufrible; y dime (¡ay cielo!) ¿dónde Federico está ahora? Patacón: Mientras que va disponiendo mi desvelo maletas y postas, él salió; no sé dónde ha ido. Lisarda Pues ya que a verle he venido donde mi pena crüel, si algún alivio me deja, a vista de olvido tanto, sin que yo sepa qué es llanto, llegue él a saber qué es queja. Búscale y dile que aquí estoy. Patacón Yo lo buscaré, bien que dónde está no sé. Mas Fabio, que viene allí, quizá lo dirá.
Ficha del Libro
Número de páginas 190
Autor:
Categoría:
Formatos Disponibles:
MOBI, PDF, EPUB, AZW
¿Cómo descargar el libro?
Valoración
3.1
49 Valoraciones Totales