La Puerta de las Tinieblas

Las vivencias del ser humano están pautadas por los pensamientos que los definen.Tres amigos tuvieron la oportunidad de explorar el mundo físico, místico, mitológico y metafísico que los rodeaba, nunca imaginaron que un paseo vacacional por la Gran Sabana se convertiría en una experiencia extraordinaria, donde a través de la aventura, podrían admirar paisajes y animales, explorar el mundo más allá de lo físico, descubrir tabúes que afectan a la humanidad, conocer nuevas culturas y personas con propósitos sorprendentes, enfocados en la protección de la madre tierra. Abre tu...

Estaba claro que Winona Thornbury había nacido en el siglo equivocado; su idea del amor estaba tan anticuada como su indumentaria. Ningún hombre había conseguido jamás que se dejara llevar por la pasión... hasta que se encontró con aquel misterioso desconocido que le provocaba el deseo de arrancarse la ropa y olvidarse de qué era "lo correcto". Pero Connor Monahan no era el tipo de hombre que aparentaba ser. Era un policía de incógnito que creía estar vigilando a una prostituta, sin embargo la mezcla de inocencia y sensualidad de aquella joven estaba haciendo que le resultara muy...

Así como en Una historia del fútbol el talento de Pedro Saborido construyó, tal vez, el libro más singular y disparatado sobre el deporte nacional, en Una historia del peronismo el guionista de Peter Capusotto –y de tantos otros ciclos– hace lucir su destreza: la del hombre que sabe bien con qué medidas de qué sustancias tratar para conseguir lo que nadie pudo antes. Los efectos que produce su trabajo son también conocidos e identificables: la carcajada bestial, la sonrisa de dientes apretados, el pensamiento maldito e imparable; o todos juntos, en cualquier orden. La ingeniería...

El destino manda: "Mi querida Sibila: Ha transcurrido tanto tiempo desde que nos vimos por última vez, que quizá los días luminosos de tu vida feliz, las noches de luna en compañía del hombre que amas y las horas inconscientes que transcurren en el hogar tranquilo y dichoso te hayan hecho olvidar a la pobre enferma. Yo no te olvidé nunca. Me parece que aún te veo recostada sobre la blanca balaustrada de la terraza del balneario, con los ojos perdidos en aquel horizonte infinito y las manos caídas a lo largo del cuerpo. Parecías la imagen de la resignación y yo te envidiaba, porque...