Richard Wilhelm fue un destacado misionero y sinólogo alemán, conocido principalmente por sus contribuciones en la difusión de la cultura china y por su trabajo en la traducción de textos clásicos chinos al alemán. Nació el 10 de diciembre de 1873 en el seno de una familia de tradiciones protestantes en el pueblo de Weißenburg, en la región de Baviera, Alemania.
Wilhelm estudió teología y filología en la Universidad de Erlangen, donde se interesó profundamente por la literatura y filosofía china. En 1899, se trasladó a China como misionero de la Sociedad Misionera de Basilea. Durante su estancia en China, que duró más de 30 años, se dedicó no solo a su labor misionera, sino también a la enseñanza y a la investigación sobre la cultura china. Su amor y respeto por la civilización china lo llevaron a integrarse en la sociedad local, aprendiendo el idioma y estudiando su historia y filosofía.
Uno de los logros más significativos de Richard Wilhelm fue su traducción del Yi Jing (o Libro de los Cambios), un antiguo texto chino que es fundamental para el pensamiento filosófico y cultural de China. Su traducción, publicada en 1923, ha sido considerada por muchos como una de las versiones más accesibles y comprensibles del texto. Wilhelm no solo tradujo el texto, sino que también añadió su interpretación personal, lo que permitió a los lectores occidentales acceder a conceptos complejos de la filosofía china.
Entre sus otras obras, se incluye la traducción de El Tao Te Ching de Laozi, y varios escritos de Confucio. Su enfoque no se limitó a la simple traducción; buscaba capturar la esencia y el contexto cultural de las obras, lo que le permitió ofrecer una perspectiva más rica y profunda de la filosofía oriental. Su trabajo ha influido en muchos pensadores y filósofos occidentales, quienes han encontrado en sus traducciones una puerta de entrada a un mundo de ideas alternativas.
A lo largo de su vida, Wilhelm fue testigo de importantes eventos históricos en China, incluyendo la Revolución de 1911 y el surgimiento del movimiento nacionalista. A pesar de las dificultades políticas y sociales que enfrentó, su compromiso con la educación y la comprensión intercultural nunca flaqueó. Se convirtió en un defensor del entendimiento mutuo entre Oriente y Occidente, promoviendo el respeto y la amistad entre las culturas.
En 1940, Wilhelm regresó a Alemania debido a la Segunda Guerra Mundial, pero su legado en la sinología y la traducción china-no se detuvo. A su regreso, continuó su labor de investigación y enseñanza, compartiendo sus conocimientos sobre la rica tradición literaria y filosófica de China con nuevas generaciones. Murió el 2 de febrero de 1947 en la ciudad de Darmstadt, dejando un legado perdurable en el ámbito de la traducción y los estudios orientales.
Richard Wilhelm es recordado no solo como un misionero y traductor, sino también como un verdadero puente cultural entre China y Alemania. Su vida y obra siguen inspirando a aquellos que buscan comprender y apreciar la diversidad de pensamientos y tradiciones que el mundo tiene para ofrecer.