Epecuén

Este encantador libro está orientado especialmente a los pequeños lectores entre tres y cinco años. El tema que presenta de manera muy simpática y atractiva es la importancia que las expresiones de afecto tienen en la vida de las personas. En efecto, educadores y psicólogos insisten en la importancia que tienen las expresiones físicas de afecto en el desarrollo afectivo y emocional de los niños. A través del intercambio de mimos y cariño, los pequeños viven la experiencia de recibir y dar afecto, protagonizando un proceso que les permitirá llegar a ser personas adultas con una vida ...

Margarita desempolva su única bolsa de marca que de tan vieja ya se volvió vintage, se pone las mejores prendas de su semivacío clóset y se arregla en un camión de la carretera México-Puebla, para ver si vence al cadenero del antro donde sucede la fiesta más increíble y exclusiva de la temporada. Cumple su objetivo y ahí conoce a Iván Allen, un niño guapo, rico e inaccesible, por quien hará hasta lo imposible, sin medir las consecuencias de sus deseos, para estar cerca de él. Margarita, para su familia; Márgara, para su mejor amiga; Maggie, para su novio y sus nuevos amigos,...

Historietas ingeniosas y entretenidas sobre la vida en familia. A las aventuras de Nacho y Tobi, ahora se suma una nueva integrante: Lola. Un modo infalible para acercar a los niños a la lectura. La familia se agrandó y los días son muy entretenidos. Primero había nacido Nacho; después, Tobi, y hace poco... ¡Lola! Entonces, la casa se llenó de papillas, chupetes y pañales (¡Puaj, puaj, puaj!). Y aunque ella todavía no sabe comer sola, apenas camina tambaleándose y no entiende qué es ir a la escuela, de a poco va aprendiendo a dormir más tiempo, a compartir sus mejores juguetes y...

Frente a la fuente de deseos, Emilio tiró una modena y, cerrando los ojos, pidió tener una mascota. ¡Pero una de verdad! Ya estaba harto de pedirle a sus papás que le compraran una y que su mamá siempre le contestara ¿Para qué más mascotas? Ahí tienes los peces que te compré en la tienda. Emilio no podía entender por qué su mamá le llamaba mascotas a unos (bichos) que vivían prisioneros en una pecera, que abrían la boca sin hacer ruido y que, para colmo, no podía acariciar.