Robert Brasillach nació el 4 de marzo de 1909 en París, Francia, y se convirtió en una de las figuras más controvertidas de la literatura y el periodismo francés del siglo XX. Crecer en el bullicioso ambiente parisino de entreguerras influyó en su visión del mundo y su desarrollo como escritor. Brasillach provenía de una familia acomodada, lo que le permitió tener acceso a una educación privilegiada. Estudió en el Lycée Louis-le-Grand y posteriormente en la Universidad de la Sorbona, donde se interesó por la literatura y la política.
Desde joven, Brasillach mostró un talento literario notable. Se unió al movimiento surrealista, aunque luego se distanció de él para adoptar una postura más nacionalista. En 1936, publicó su primera novela, La quatrieme dimension, que le valió reconocimiento pero también críticas por su estilo provocador y sus ideas políticas. Su carrera literaria se vio impulsada por su capacidad para escribir ensayos y críticas literarias, a menudo con un enfoque en la cultura francesa y la identidad nacional.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Brasillach se alistó en el ejército francés, pero tras la caída de Francia en 1940, se convirtió en un ferviente colaborador del régimen de Vichy y de la ocupación nazi. Su trabajo en el periódico Je suis partout le permitió difundir sus ideas extremistas y nacionalistas, lo que le valió tanto admiradores como enemigos. Brasillach defendía la colaboración con los nazis como una forma de preservar la cultura y el espíritu francés, lo que generó un gran debate en la sociedad de la época.
Su obra más controvertida, Les Pavés de Paris, fue publicada en 1941 y es un testimonio del espíritu nacionalista que impregna sus escritos. Sin embargo, esta proximidad a ideologías totalitarias también sellaría su destino. Tras la liberación de Francia en 1944, fue arrestado y juzgado por su colaboración con los nazis. A pesar de las súplicas de literatos y amigos que abogaron por su clemencia, fue condenado a muerte.
El 6 de febrero de 1945, Robert Brasillach fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento, un hecho que marcó el final trágico de su vida y carrera. La controversia en torno a su figura y su legado continúa hasta el día de hoy. Algunos lo consideran un escritor visionario y un patriota, mientras que otros lo ven como un traidor que abrazó ideologías peligrosas. A lo largo de los años, su vida ha sido objeto de estudio y debate en círculos literarios y políticos, lo que resalta la complejidad de su carácter y su obra.
A pesar de su trágico final, las obras de Robert Brasillach siguen siendo leídas y analizadas, y su influencia en el ámbito de la literatura y el nacionalismo francés es innegable. Se le recuerda no solo por su valentía literaria, sino también por las implicaciones éticas de sus elecciones políticas y su colaboración con un régimen opresor. Este legado complicado asegura que Brasillach permanezca como un tema de discusión en la historia literaria de Francia.