Ante el grave problema del desempleo que se ha agudizado en pa ses como M xico a mediados de los a os noventa, la econom a de los pa ses pobres ha mostrado una extraordinaria capacidad de echar mano de sus recursos para salir adelante, aunque a costa de imponer a sus miembros mayores cargas: multiempleo para los hombres, doble jornada para la mujer, ocupaci n infantil. Todo, en el marco del aprovechamiento de los recursos de la pobreza: las redes de solidaridad, la ayuda mutua, y, sobre todo, la utilizaci n de la familia como base de la unidad de producci n y de consumo. En el libro se...