León Trotsky, nacido como Lev Davidovich Bronstein el 7 de noviembre de 1879 en Yánovka, Ucrania, fue un destacado político, revolucionario y teórico marxista. Su vida estuvo marcada por una participación activa en la Revolución Rusa de 1917 y su posterior papel en el desarrollo del Estado soviético.
De familia judía, Trotsky mostró desde joven un agudo interés por la política y la literatura. A los 15 años, se unió a un grupo de socialistas y, posteriormente, se trasladó a Odessa para continuar su educación. Su activismo político le llevó a ser arrestado y exiliado a Siberia, donde adoptó el seudónimo de "Trotsky", que había tomado de un carcelero. Luego de escapar de Siberia, Trotsky se instaló en Europa, donde se relacionó con figuras clave del movimiento socialista y se unió a la Internacional Socialista.
En 1917, Trotsky regresó a Rusia tras la caída del régimen zarista. Se unió al Partido Bolchevique, liderado por Vladimir Lenin, y rápidamente se convirtió en uno de sus más influyentes líderes. Su papel fue fundamental en la planificación y ejecución de la Revolución de Octubre, que llevó a los bolcheviques al poder. Trotsky fue nombrado Comisario de Asuntos Exteriores y, posteriormente, Comisario de Guerra del nuevo gobierno soviético. Bajo su mando, el Ejército Rojo fue formado y organizado, lo que fue esencial para la victoria bolchevique en la Guerra Civil Rusa (1918-1921).
Sin embargo, las cosas comenzaron a cambiar para Trotsky después de la muerte de Lenin en 1924. A medida que la lucha por el poder se intensificó entre los líderes del Partido Comunista, Trotsky se encontró en desacuerdo con Iósif Stalin, quien comenzó a consolidar su poder. Trotsky abogó por la revolución permanente, una teoría que sostenía que el socialismo no podía triunfar en un solo país, mientras que Stalin promovía el socialismo en un solo país.
La creciente oposición de Trotsky a Stalin lo llevó a ser marginado dentro del Partido y, finalmente, en 1927 fue expulsado de la Unión Soviética. Pasó varios años en el exilio, viviendo en México, donde continuó escribiendo y defendiendo su visión del socialismo. Durante su tiempo en México, se convirtió en una figura influyente entre los exiliados rusos y los revolucionarios de izquierda, así como en un crítico constante del régimen estalinista.
Trotsky escribió extensamente sobre la política y la teoría revolucionaria, produciendo obras notables como La Revolución Permanente y Historia de la Revolución Rusa, donde analizó los eventos y motivos detrás de la revolución y su impacto en el mundo. También fue un fuerte defensor de la Cuarta Internacional, una organización que buscaba unir a los partidos trotskistas en todo el mundo y luchar contra el estalinismo.
El 20 de agosto de 1940, Trotsky fue asesinado en su casa en Coyoacán, México, por un agente de la NKVD, la policía secreta soviética. Su muerte fue un trágico cierre a su vida de lucha política y teórica. Trotsky dejó un legado que aún perdura en la política de izquierda contemporánea. Muchos lo consideran uno de los pensadores más importantes del socialismo del siglo XX, así como un mártir de la revolución.
A pesar de su controvertida relación con el stalinismo y su eventual exilio, el impacto de Trotsky sigue siendo relevante hoy en día. Su crítica del autoritarismo, su visión de una revolución global y su fervor por la justicia social continúan inspirando a muchos movimientos políticos en la actualidad.