Francisco Ibáñez, nacido en Barcelona el 15 de marzo de 1936, es un renombrado dibujante y guionista español, conocido principalmente por su trabajo en el mundo del cómic. Su carrera ha estado marcada por la creación de personajes icónicos que han dejado una huella indeleble en la cultura popular española. Desde su infancia, Ibáñez mostró un interés particular por el dibujo, algo que sus padres alentaron a pesar de que su padre deseaba que se dedicara a la arquitectura.
Ibáñez comenzó su andadura en el mundo del cómic a finales de la década de los 50, cuando se unió a la editorial Bruguera. Allí, comenzó a publicar historietas en revistas como “Pulgarcito” y “Din Dan”, donde se convirtió rápidamente en uno de los artistas más destacados. Su estilo particular, caracterizado por un humor ácido y situaciones absurdas, resonó con el público joven de la época.
Uno de sus personajes más famosos es Mortadelo y Filemón, dos agentes secretos que se ven envueltos en disparatadas aventuras llenas de acción y humor. Creado en 1958, este dúo ha sido clave no solo en la carrera de Ibáñez, sino también en la evolución del cómic en España. Las historias de Mortadelo y Filemón se caracterizan por su humor visual, gags inesperados y una sátira mordaz de la sociedad española.
El éxito de Mortadelo y Filemón llevó a la creación de varias series, películas, y adaptaciones al teatro, haciendo de Ibáñez uno de los autores de cómic más reconocidos del país. Más allá de estos personajes, también creó otras series populares como “Rompetechos”, “13 Rue del Percebe”, y “El Supergrupo”, donde también se pueden apreciar su ingenio y creatividad.
La obra de Ibáñez está marcada por la fusión de la crítica social y el entretenimiento. A lo largo de su carrera, ha tocado temas de actualidad, política y cultura, todo ello empaquetado en un formato accesible y divertido. Su estilo ha influido en muchos creadores posteriores y ha elevado al cómic a una forma de arte respetada en España.
En 2007, la Universidad de Barcelona le otorgó un homenaje por su trayectoria en el mundo del cómic, y en 2012 recibió el Premio Gran Premio del Salón Internacional del Cómic de Barcelona, un reconocimiento a su vasta obra y contribución al medio. A pesar de ser un autor consagrado, Ibáñez no ha cesado en su labor creativa y continúa trabajando, produciendo nuevas historias que siguen entreteniendo a varias generaciones.
El legado de Francisco Ibáñez se extiende más allá de sus obras publicadas. Ha inspirado a una multitud de jóvenes artistas a seguir el camino del cómic y ha demostrado que este medio puede ser un vehículo poderoso para la crítica y la reflexión social. Con su característico humor y su inigualable estilo gráfico, Ibáñez ha dejado una marca indeleble en el panorama cultural español.
Hoy en día, sigue siendo una figura influyente en el mundo del cómic en España, y su obra continúa siendo leída y admirada no solo por adultos nostálgicos, sino también por nuevas generaciones que descubren la magia de sus historias.