Fantasmas que se habitan en mi cama

Noble y truhán, generoso y trapacero, caprichoso y ecuánime, José de Salamanca (1811¿1883) es uno de los grandes personajes del siglo XIX español. Capaz de arruinarse y hacerse inmensamente rico en varias ocasiones, intuyó como nadie el mundo que surgía tras la revolución industrial: pionero del ferrocarril, inversor internacional y especulador en bolsa, también fue un político de larga ¿y variable¿ trayectoria y un mecenas de las artes, que supo ver esa gran urbe que Madrid todavía no era pero sería, porque ya estaba empezando a cobrar forma en su imaginación imparable,...

Zelig, un alma de guerra, busca acabar con la maldad antes de los días del diluvio; y en una visión, él descubre al amor en una jaula de oro; y sacrifica su vida a través de llaves para dar libertad al amor. Y el precio que tendrá que pagar es perder su corazón, y vivir buscando una felicidad para una mujer que no ama, y que se resiste a amar, para que su amor no muera para siempre.

¿Hasta dónde puede llegar una mujer para protegerse de un matrimonio peligroso? Esther va a saber lo que ocurre cuando se rebasa el límite y se comete la peor de las atrocidades con el hombre equivocado. No es que lady Esther Thynne no quiera casarse, es que no le atrae lo desconocido, así que prefiere esperar a ver cómo les va a sus primas recién casadas antes de decidirse a pasar por vicaría y por eso mantiene a una distancia prudente a todos sus pretendientes. Lord Andrew Candem, vizconde de Sterling, se convirtió hace un año en el mejor amigo de un hombre al que aborrece por...

David Hanson sentía haber despedido a Nina Baxter. Siempre le había impresionado la dedicación y el encanto de la secretaria. Por eso quería que volviera a trabajar para él en calidad de ayudante personal. Pero no sólo eso, sino que quería que ella y sus hijos vivieran en su apartamento.Sin duda todo el mundo pensaría que lo que había entre ellos no era sólo una relación laboral, aunque ambos eran muy capaces de olvidar la atracción que sentían el uno por el otro... ¿o no?