Caminos condenados

Basada en la serie de televisión del mismo nombre, considerada una de las mejores para niños, esta colección adopta la filosofía de cada capítulo tratando de introducir a los pequeños en el maravilloso mundo del arte a partir de la premisa de que todo el mundo es capaz de crear con materiales cotidianos. La imaginación potencia la creación artística, haciendo que los niños consigan hacer cosas que nunca se habían planteado.

Era el último día de las vacaciones de verano de Garmann, un niño noruego. Sus tías abuelas venían de visita y ya olía a otoño. Garmann se impacientaba al ver que no se le movía ningún diente. Aún no se le había caido ninguno. Quedaban trece horas para el comienzo de su vida escolar. Por eso tenía miedo.

Una mañana de abril aparece en el cielo de una barriada romana un enorme objeto circular. "¡Los marcianos! ¡Los marcianos!", grita todo el vecindario saliendo de casas y tiendas y arremolinándose en la plaza. Dos profesores, los municipales, policías antidisturbios y el ejército hacen acto de presencia. Un par de niños, Paolo y Rita, se encargan de desvelar el secreto de ese platillo tan especial, que no es un disco volador de verdad, sino algo mucho más dulce...

Que la Argentina es el país de las antinomias no debería ser ninguna novedad. Con más de 200 años a cuestas, las discusiones, las diferencias, los "tire-y-aflojes" no nos impidieron construir un espacio común para habitar y reconocernos, imperfecto pero vital. Si hasta llegamos a producir una inmaculada trilogía de temas ("política, religión y fútbol") que convenía sortear al momento de reuniones y agasajos. Sin embargo, en esta línea divisoria que hoy rebautizamos como "grieta", sin que sepamos bien cómo se nos han entrometido una serie de personajes extraños: fake news,...