Que el hambre no te devore
Domina tu apetito, mejora tu ánimo y tu relación con la comida. Es probable que alguna vez se te haya pasado la hora de comer, así que seguro reconoces esa sensación de estar primero en completa calma a luego convertirte, repentinamente, en una criatura ansiosa e irracional que sólo busca satisfacer, a como dé lugar, ese apetito feroz. Y esto se puede convertir en un círculo vicioso, porque estar hambrientos y enojados al mismo tiempo nos hace propensos a tomar decisiones alimenticias de las que nos arrepentimos enseguida, pues “llenamos la tripa” con lo primero que nos pasa...