La aventura de los bustos de Eva

Para la época, parece una cuestión de rutina. Fausto Tamerlán, el implacable magnate inmobiliario, ha sido secuestrado por Montoneros, y familiares y ejecutivos de la empresa esperan las demandas de los secuestradores. Pero con éstas llega el estupor: además del dinero del rescate, Montoneros exige que se ponga un busto de Eva Perón en cada oficina de la empresa. Nada menos que 92 bustos. ¿Quién será el encargado de conseguir semejante cantidad, y en el menor lapso posible? Nada menos que Ernesto Marroné, jefe de compras, ejecutivo efectivo y leal. O al menos eso parecía. Los días ...
